Es la primera vez en toda Europa que se aplica una
técnica similar de investigación policial tras la muerte de las dos aves
protegidas
J. R.
VILLALBA | GRANADA
Miembros de
la Agencia de Medio Ambiente y del Seprona de la Guardia Civil junto al cadáver
de uno de los quebrantahuesos. :: GUARDIA CIVIL
Dos
quebrantahuesos envenenados, aparecidos muertos a 1.900 metros uno del otro en
la ribera del río Castril, encendieron todas las alarmas en mayo del pasado
año. El Seprona de la Guardia Civil y la Junta de Andalucía iniciaron un plan
para combatir el uso de venenos en los entornos de los parques naturales el 1
de julio de 2011, especialmente en Castril, donde han aparecido muertos desde
2008 hasta la fecha cinco ejemplares de quebrantahuesos liberados para su
reproducción, solo uno de los cinco de forma natural y los otros cuatro
perecieron tras ingerir sustancias altamente tóxicas, utilizadas en la zona
para acabar con las alimañas que atacan al ganado.
Tras la
muerte por envenenamiento de los dos ejemplares de quebrantahuesos, el
laboratorio del Centro de Análisis y Diagnóstico de Fauna Silvestre de la Junta
de Andalucía determinó que los animales habían sido envenenados con Aldicarb,
una sustancia potente capaz de matar con dosis minúsculas. Solo las
incautaciones de este producto tóxico efectuadas por elSeprona y los agentes
forestales de Medio Ambiente en el parque Natural de Castril durante 2008 y
2009 servirían para acabar con la vida de 80.000 personas.
Una vez conocidas
las causas del óbito, el Seprona de la Guardia Civil hizo un mapa de las
ganaderías que pastan por la zona, donde cohabitan los animales de un centenar
de ganaderos. Era como buscar una aguja en un pajar. Posteriormente acotaron
más su búsqueda para proceder a la toma de muestras de sangre de los machos
reproductores del ganado que pastaban en la zona donde aparecieron muertos los
dos quebrantahuesos, de los que solamente quedan con vida una decena en
Andalucía. El juzgado del municipio de Huéscar otorgó la oportuna autorización
a los agentes del Seprona para actuar y así lo hicieron. Tomaron más de 73
muestras de sangre a distintas ovejas de las habituales del entorno, un trabajo
fino y muy bien hilvanado por el equipo tanto de la Comandancia como de
Huéscar, con el apoyo de distintos departamentos de la Junta.
Se trataba
de averiguar de qué ganadería era la carne del cebo envenenado que ingirieron
antes de morir los dos quebrantahuesos. El laboratorio de la Junta analizó las
muestras sanguíneas y tras su comparación con el ADN obtenido de las uñas de
las dos rapaces, determinaron a que ‘firma’ pertenecía la carne envenenada. Con
esos datos en la mano, el Seprona de la Guardia Civil ha imputado a un ganadero
como presunto autor de la colocación del veneno. La acusación contra este
hombre responde a los indicios hallados en las pruebas de ADN, que coinciden
con el ‘deneí’ genético de sus ovejas. El juez determinará ahora si fue él o no
quien colocó allí el veneno Aldicarb que mató a los dos quebrantahuesos.
Nunca antes
en Europa se había efectuado una investigación del calibre de la efectuada en
Granada para determinar quién había podido matar a los dos quebrantahuesos.
Pioneros
«En Europa
nunca se había trabajado en la identificación de ADN de quebrantahuesos
envenenados para averiguar el posible autor del origen de ese veneno. Somos
pioneros, como lo es Andalucía desde hace una década en el combate de los
venenos en el medio rural», comenta uno de los responsables de la Junta de
Andalucía que ha colaborado en esta investigación Solo un dato: las
inspecciones de los agentes del Seprona y de los forestales de la Junta de
Andalucía en busca de venenos en los parques naturales en los últimos seis años
ha permitido reducir a la mitrad el número de animales envenenados, al menos,
en la provincia de Granada
«El uso de
estos venenos es una cuestión cultural que se viene usando desde hace muchas
décadas para combatir a los zorros», apunta la fuente consultada de la
administración andaluza. Aunque no siempre son las alimañas que acaban con el
ganado las envenenadas, sino el resto de animales, algunos protegidos como el
caso de los quebrantahuesos y en alguna ocasión incluso el lince.
El único
imputado por este caso espera la celebración del correspondiente juicio para
aclarar este asunto, que de alguna forma ha puesto los puntos sobre las ies
sobre un problema que cada vez está despertando más alarma en el medio rural,
debido a la sucesión de muertes de animales protegidos. El quebrantahuesos está
en el catálogo nacional de especies en extinción desde 1990.
No hay comentarios:
Publicar un comentario